domingo, 18 de noviembre de 2012
Viviendo sin miedo al futuro
Una clave para leer toda la historia de salvación es Promesa-cumplimiento. Dios siempre está prometiendo algo que sirve para jalonar al pueblo, y siempre lo realiza con su poder. Sabiendo que Dios no se agota en el cumplimiento sino que siempre se genera otra promesa que seguirá guiando el caminar de su pueblo. Estoy seguro que el sentido de estas promesas es darnos seguridad frente al futuro que siempre se nos muestra tan enigmático y nos produce mucho temor. De hecho la pregunta ¿Qué nos traerá el mañana? Siempre nos persigue y nos hace sufrir, porque de alguna manera nosotros no podemos garantizar que el tiempo futuro será lo mejor para cada uno de nosotros. No lo podemos garantizar y esa es una condición humana que tenemos que aceptar. Los que tenemos fe estamos seguros que Dios si lo puede hacer: El nos garantiza que en nuestra vida habrá bendición y que si lo seguimos saldremos adelante en todas las batallas, las adversidades, las derrotas y las enfermedades que tengamos que vivir.
El Dios de la promesa, el Dios único y verdadero que se ha revelado plenamente en Jesús de Nazaret, nos asegura actuar con fuerza y poder en nuestras vidas, eso es lo que llamamos promesas. “…porque el Hijo de Dios, Jesucristo, el que nosotros con Silvano y Timoteo les predicamos, no fue un sí y un no, ya que en él se cumplió el sí; en efecto, en él todas las promesas de Dios cumplieron el sí, y así nosotros por Él respondemos amén…” (2Corintios 1,19-20). Eso es lo que hoy te quiero comunicar a ti, que me lees en este momento: Tú confías en un Dios que cumple su promesa y que te ha prometido felicidad y plenitud. Eso sí, tú tienes que vivir según la Palabra que El te ha revelado y asumiendo la propuesta existencial que Él te ha hecho (Juan 14,6).
Desde esta actitud existencial tenemos que enfrentar la vida. No podemos temerle al futuro ni podemos vivir presos del miedo que la incertidumbre nos ocasiona. Tener fe nos debe hacer vivir confiados en Dios. Una fe que no nos da la paz suficiente para enfrentar el presente con dedicación, inteligencia, compromiso y saber que el futuro será bendición, no nos sirve. Una fe que no nos salve del sin-sentido, del no saber que nos va a suceder es inútil, pero una fe que no nos comprometa con el presente y no nos haga luchar y dar lo mejor de cada uno, es alienación. En esa tensión tenemos que vivir nuestra relación con Jesús.
Tengamos claro, nosotros no estamos confiando en algo que probablemente se va a cumplir, sino que tenemos la certeza de la fe que todo eso es una realidad en Jesús, el hijo de Dios. Es por eso que hoy quisiera que experimentaras la tranquilidad y la serenidad de saberte amado y bendecido por quien es el Dueño de todo, aún del tiempo, y que no permitirá que nada te destruya y te deje sin posibilidades. No es una acción mágica, es una acción que exige nuestro esfuerzo y nuestro trabajo. No se trata de creer en las promesas y ya, me echo sobre la poltrona de la vida a esperar que Dios la cumpla. No. Se trata de luchar, de vivir en el amor, de hacer lo que Dios quiere que hagamos; así a veces tengas que enfrentar al “mundo” entero por hacerlo. Si luchas y vives a su manera verás su gloria y su poder.
Meditar las promesas que Dios nos ha hecho tiene que ser motivo de alegría y de gozo en cada una de nuestras actividades, porque es la constatación que podremos salir adelante en cada una de las batallas que estamos teniendo por estos días. En vez de llorar o de lamentarte hoy tienes que pensar en que todas las promesas de Bendición que Dios te ha hecho son una realidad y la vas a disfrutar.
Todo lo que venga será bendición y así lo vamos a vivir y a celebrar. No tengas miedo que Dios está a tu lado y su Gloria se derramara sobre ti. Animo. Hay que ser un verdadero luchador y tú lo eres. A confiar y a seguir adelante.
lunes, 5 de noviembre de 2012
Superando adversidades
Los seres humanos muy pocas veces nos detenemos a reflexionar a cerca de nuestra tarea ante las dificultades que, a diario, se nos presentan. A veces nos convertimos en expertos en volver más complicada la vida misma. De hecho la vida tiene muchos afanes que si no existiesen la vida sería un tanto aburrida, pues no ejercitaríamos esa capacidad de resolver las diferentes situaciones adversas de la vida.
No digo que los problemas hacen la vida más divertida, pues eso sería un despropósito, lo que quiero es que cada uno de nosotros pueda ir más allá del problema mismo; es decir, las dificultades se te presentan como retos para resolver, la tarea no es volver más complicada la situación, sino darle solución. Eso requiere que en primer lugar te llenes de calma y no caigas en el desespero al que a veces nos llevan las situaciones, a que mires las posibles soluciones. Tu madurez y, quizás, tu experiencia, juegan un papel importante, pues tendrás que tomar el camino más acertado para llegar a una solución satisfactoria del problema.
No soy el único ser humanos con dificultades, esto no quiere decir que “a mal de muchos consuelo de tontos”, ni mucho menos; pero ese es el primer principio para la solución de las dificultades, pues estas deben ser resueltas, no se trata de dejar las dificultades allí como si estas no existieran, ¡hay que resolverlas!, eso es un hecho. Esta reflexión quiere llevarnos a un cambio de actitud ante la realidad de los problemas que encontramos a diario. Quizá esta no es la última palabra a cerca del modo cómo vamos a darle solución a las diferentes dificultades que hallamos a diario, pero, sí es un buen punto de partida para revisarnos y tratar de ser actores mesurados sin dejarnos llevar por el afán y la desesperación.
Si la dificultad no nos pertenece; pero sí nos afecta, debemos tener presente que somos “actores externos”, que entramos a colaborar para dar solución a la dificultad, porque no es nuestro problema.
Si no tenemos claro estos puntos seguramente actuaremos de manera equívoca y nos adentraremos en un abismo mental bastante difícil, que nos lleva a considerar que el mundo se nos vino encima y que no hay solución posible. Eso no es cierto, pues estas dotado de las capacidades necesarias para resolver las situaciones que a diario se te presentan.
Verás que es necesario tener fe en Dios, nadie puede objetar esto; es necesario que impulsado por esa fe, puedas creer en ti mismo, en que de verdad cuentas con las herramientas necesarias para resolver las situaciones adversas de la vida. Dios está contigo, eres hechura de sus manos, te ha dotado de lo necesario para salir adelante, no equivoques el camino pues a veces los actos humanos equivocados tienen consecuencias poco agradables. Dios está contigo y te ha dado lo necesario para ser feliz.
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