sábado, 19 de septiembre de 2009

Dios ¡Cree en ti!

Somos hombres de fe. Esto es, somos seres humanos que saben que el sentido de la vida no se encuentra encerrado en las estructuras de la historia; sino que la trasciende y le viene de Dios. Estamos seguros –a partir de las experiencias existenciales que hemos tenido- que Dios nos ha creado por una decisión de amor y quiere lo mejor para nosotros. Sabemos que cada una de las circunstancias cotidianas que vivimos debe ser vivida y construida desde una relación amorosa e íntima con nuestro Creador. Esa fe se manifiesta en la certeza de no sabernos solos en el mundo, de saber que contamos con la ayuda divina y que Él –aunque nunca nos suplanta en las luchas diarias, ni hace magia en nuestra vida- está siempre presto a actuar en nosotros para que logremos lo que hemos soñado. Por ello, somos optimistas y alegres a la hora de vivir pues sabemos que quien todo lo puede –el que vive en el apartamento azul- nos ayuda a salir adelante.
Pero esa fe debe que traducirse en actitudes de vida. Una de ellas es ir más allá de lo inmediato, de lo material y de lo útil. Es ser capaz de captar lo que está más allá de lo que vemos y tocamos. Es darnos cuenta de que debemos ser capaces de trascender para descubrir el significado de cada situación y así tener esperanza y paz en el corazón. Sin esa capacidad de trascender, nos hundimos en el mar de las preocupaciones, de los miedos y nos doblamos ante el peso del problema. Pero si trascendemos -y vemos más allá de lo que está ante nuestros ojos- podemos sentir la fuerza interior de Dios y darnos cuenta de que detrás de esos problemas, hay lecciones para aprender a vivir.
No te ahogues en el mar de lo inmediato; navégalo en la barca de la fe y ve al puerto seguro que se esconde detrás. También sé capaz de ir más allá de lo material, de lo que se puede tocar o de lo que brilla y pesa. Esto puede ser importante, valioso, para la vida; pero no es lo único, ni es lo absoluto. Es hora de que seas capaz de revisar tu pirámide de valores y de darte cuenta cuál es el que la preside. Ese será el eje de los esfuerzos de tu vida. Y te aseguro que quien tiene en la cúspide: lo material, el dinero, el billete, la fama, el poder, ese no podrá ser feliz plenamente porque hay cosas que el dinero no puede comprar y que los besos, la amistad, la solidaridad, sí.
No puedes ahogarte en el mar de lo útil. ¿Cuántas cosas aparentemente inútiles son necesarias y fundamentales en la vida? La vida no se hace sólo de lo que nos sirve para algo, hay cosas que no nos sirven para nada pero nos hacen seres humanos. Nuestra capacidad de dar significación nos ayuda a no caer arrodillados ante el imperio de lo útil. Esas son manifestaciones de tu fe. En eso tendría que notarse tu fe.
Hoy te quiero invitar a que vivas tu fe en el instante en el que estás, no importa qué estás padeciendo o gozando, allí debe notarse tu fe. No puedes comportarte como uno que no cree, como uno que no sabe del poder de Dios. Tú tienes que ir más allá de la oscuridad que está ante tus ojos y darte cuenta de que Dios es la luz que lo ilumina todo. Tú tienes que ir más allá de toda enfermedad y darte cuenta de que con una sola palabra del Señor basta para que sanes. Tú tienes que ir más allá de toda división y darte cuenta que el Espíritu Santo nos une y nos llena de su paz.
Sí, mi hermano, no puedes dejar que las dificultades te hagan tener un día sin ganas y sin fuerzas. Muestra que tienes fe, creyendo en ti, en que lo mejor está por venir y en el poder triunfador de Dios en tu vida. Hoy tienes que confiar en el poder de Dios y luchar con todas las fuerzas. No eres un perdedor. Eso lo sabes y hoy muestra esa fe en Dios dejando ver que sabes triunfar y que sabes lanzarte hacia delante. Te bendigo y te animo a seguir en la lucha. Confía en el poder de Dios. Quisiera invitarte a que participes hoy de una experiencia de oración y de predicación bien interesante a partir de las 4:00 de la tarde en el estadio Romelio Martínez con el Canta-predicador Martín Valverde y con mi participación. Estoy seguro de que será un recargar baterías para seguir creyendo y venciendo. Ánimo. Sé feliz.

P. Alberto Linero Gómez, Eudista
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