lunes, 30 de abril de 2012

Lo más importante que lo importante

En el deporte, como en la vida, se ha impuesto una idea dañina: el resultado está por encima del proceso. Esta manifestación tan pragmática y utilitarista es hija de Maquiavelo, cuando nos dijo que el "fin justifica los medios". Tengo claro que no está bien seguir afirmando que se puede ganar como sea; que debemos hacer plata como sea o alcanzar las metas propuestas como sea. Tengo la certeza de que ese camino que da alegrías ante el triunfo, termina siendo el camino a la frustración y a la derrota. Sé que muchos no estarán de acuerdo conmigo y dirán que soy lírico y romántico; pero, insisto en creer que el camino que conduce a la felicidad no sólo pasa por la legalidad sino también por la ética (dejo claro que no estoy hablando en sentido teológico y por eso no hablo de moral). Aún más, soy de los que prefieren desechar caminos legales, si considero que éstos no son éticos; es decir, que no corresponden con los valores, con las ideas fuertes que gobiernan e impulsan mi proyecto de vida. Creo que debe haber una coherencia entre lo que hago y los valores que proclamo. A veces nos quejamos de la manera como la sociedad se no está cayendo a pedazos o por las atrocidades que, a diario, son noticia en nuestros periódicos, o por la corrupción, o por cualquiera de esos flagelos. Y creo que una de las variables que explican -y permiten entender- estas situaciones está en ese creer, enseñar y proclamar que hay que lograr los objetivos cómo sea. ¿Cómo lograr la victoria sin traicionar los principios fundamentales de mi ser? Creo que este es el camino: 1. Hay que ser creativos, innovar, inventar, descubrir nuevas y mejores soluciones; no quedarse quieto, ni dejar que los inconvenientes nos subyuguen sin que intentemos un camino diferente para entrar a la batalla. Ser creativo supone barajar de un nuevo modo las cartas que ya tengo conmigo, ordenar de un modo diferente las acciones, intentar alternativas novedosas. 2. Hay que ser bondadosos; cuando uno es tacaño, cuando no da, cuando no comparte, se encierra, se bloquea, se olvida de conseguir el resultado esperado por cuidar la posición en la que se está para que otro no pueda acceder a ella. Es increíble la gran cantidad de gente que no logra nada, para que otros no se beneficien de sus victorias; el típico ejemplo es aquel que prefiere que le pongan una mala nota a que otro se gane una buena sin merecerlo. 3. Hay que saber respetar al otro; los seres humanos tienen una visión particular de lo que viven y lo que pasa. No se vive igual un triunfo si estás en el bando perdedor; entonces las interpretaciones, los sentimientos y las ideas que tienen otros pueden ser diferentes a las tuyas, pero no son desiguales, son igual de dignas, de importantes, de valiosas, siempre uno encuentra una idea acertada en quien discute conmigo. 4. Hay que ser leal; que los otros sepan que jugamos bien, que respetamos las reglas, que competimos en franca lid, que no usamos atajos, ni trampas, que no aprovechamos situaciones de mala forma, que no sacamos ventajas injustas de nuestra posición o de las relaciones que tenemos. 5. Hay que captar que existen realidades que van más allá de las que brillan, pesan y lucen... No todo se agota en lo práctico y no todo se pesa por el dinero que puede costar, hay realidades que son muchísimo más importantes que el dinero o el triunfo logrado a costa de trampas y engaños.

3 comentarios:

Gisell dijo...

Padre DIOS le bendiga siempre, me siento complacida cada día al despertar leer cada palabra que plasma sobre El Man Está Vivo porque verdaderamente ha tocado mi vida y mi ser, es difícil para una persona que atraviesa momentos difíciles sentirse con fuerza pero con DIOS realmente TODO es posible y sus escritos día a día me lo recuerdan

GILMA PARRA GOMEZ dijo...

Padre Alberto, gracias y mil gracias por sus comentarios, enseñanzas, predicaciones etc.Escucharlo, leerlo es de gran ayuda para nosotros, DIOS lo siga iluminando de todo eso.

Yanet Velásquez dijo...

Comparto las afirmaciones del tema, para lograr algo no se debe pasar por encima de los demas, se debe lograr con esfuerzo y entrega y sobre todo por amor a Dios.