El mundial -que para mí ha tenido un bajo nivel y me cuestiona si vale la pena tanta expectativa que se genera en torno suyo para ver esto que se está viendo- me ha dejado una misma lección de vida, en dos realidades distintas. Es necesario ser auténtico y tratar de desarrollarse tratando de ser el mejor yo posible.
Esto lo digo pensando en las selecciones africanas, que han hecho todo el esfuerzo por parecerse al fútbol europeo y terminaron perdiendo aquello que los caracteriza y debería hacerlos fuertes. Los que nos sentimos negros, sabemos que lo característico es la ‘pimienta’ con la que vivimos, el sabor que se le pone a cada situación y la inspiración siempre dispuesta a la repentización que se tiene.
Sin embargo, desde hace algún tiempo, con la llegada de técnicos europeos, se está haciendo lo posible para que los africanos terminen jugando “a la europea”, exigiéndole -a su desarrollo futbolístico- habilidades y características de juego que no tienen y que les va a costar tener. El resultado: casi todas sus selecciones eliminadas en primera ronda –sólo se mantiene la de Gahna, que, precisamente, es la que más respeta sus raíces-.
Eso pasa en la vida, pues son muchos los que quieren parecerse a otros y entonces tratan de “imitar” características de vida que no pueden tener y acaban sufriendo y haciendo sufrir a todos los que están su alrededor; porque la amargura y la tristeza se apoderan de sus días. Se terminan dilapidando una gran cantidad de capacidades, de cualidades y siendo mediocres en la asunción de otras que no forman parte de su ‘sí-mismo’.
El otro caso -totalmente opuesto- es el de Paraguay. Este equipo está diseñado desde lo que son y lo que tienen sus jugadores. Si nos damos cuenta no sueña jugar, ni como Chile, ni como Brasil, ni mucho menos como Argentina.
Tienen un estilo que los caracteriza. Y que está respaldado por su fenotipo. Son organizados, no en función de lo que ‘otros’ hacen, sino que desde sus cualidades. Así elaboran un plan de juego interesante. Sus delanteros presionan en la salida de la defensa contraria, juegan largo y frontal, levantan la pelota en el área buscando siempre el cabezazo y juegan al contragolpe. Eso los ha caracterizado siempre y es así desde donde quieren hacer realidad su éxito.
Creo que esa es la lección más grande para nosotros: tenemos que proyectar nuestros objetivos y sueños conociendo nuestra realidad y sabiendo hasta dónde podemos llegar. Se trata de querer parecerse a uno mismo, eso sí, el mejor sí-mismo posible.
Para que no estemos imitando a nadie, ni gastando recursos en lo que es suntuoso. Si aprendemos a vivir así, no sólo tendremos más posibilidades de éxito; sino que, además, nos hará vivir felices, porque nada nos hace más feliz que ser lo que realmente somos.
Lástima que muchos estén tratando de ser iguales a otros y gasten su tiempo envidiando o sufriendo por lo que aquellos hacen. Hoy debemos aprender a gozarnos nuestras capacidades y a tratar de mejorar frente a ellas.
Sabiendo que les debemos dedicar más tiempo. John Max Well dice que para triunfar debemos dedicar el tiempo a nuestras características de la siguiente manera: 75% del tiempo a nuestras cualidades, 20 % a características nuevas que debiéramos trabajar y aprender… y sólo un 5% a nuestras debilidades. Estoy seguro de que, a más de uno, ésta distribución le cuesta aceptarla; porque regularmente estamos más atento a las debilidades y carencias, que a las capacidades o potencialidades.
Espero que estas reflexiones que han quedado luego de un tiempo frente al televisor viendo el fútbol y los diálogos sostenidos todas las noches con Castel y el Mono Correa en la emisora de El Minuto de Dios 1370 en Fútbol, Padrenuestros y Goles, hayan servido para compartir con ustedes algo que les ayude a plantearse preguntas para su vida. GC
www.elmanestavivo.com
www.yoestoycontigo.com
martes, 29 de junio de 2010
sábado, 12 de junio de 2010
Piensa bien, vive bien
La manera de pensar influye mucho en el actuar. Casi podría decirte: dime cómo piensas y te diré cómo actúas. Por eso, es bien importante que cada uno de nosotros se dé cuenta de cuál es la calidad de sus pensamientos. Estoy seguro de que se puede elegir la manera de pensar. Cada uno puede elegir una mentalidad de perdedor o de ganador.
Alguien que tiene un modo de pensar centrado en lo malo que hay en su vida y en la de los demás, que es pesimista, que desconfía de sí mismo y de los otros con los que entra en relación, que vive pensando en sus incapacidades y en las actuaciones del ayer en el que falló, ese muy probablemente perderá todas las batallas en las que participe y si es deportista, es muy seguro que, antes de que salga del camerino, ya estará derrotado.
Esa es una mentalidad perdedora, que está centrada en las incapacidades, en los defectos y en las experiencias de fracaso del pasado. Si nos relacionamos desde esta mentalidad seguro que nuestras relaciones van a ser conflictivas y a generar muchos problemas. Imagino las relaciones de pareja de alguien con mentalidad perdedora: sin duda estarán llenas de dolor, tristeza, fracasos y se parecerá mucho al infierno que tantas veces nos han descrito los literatos.
Por ello, creo que es importante elegir una mentalidad de ganador. Esto es, tener unos pensamientos “positivos” que nos impulsen a vivir de una manera constructiva. Cuando estamos llenos de pensamientos ganadores, somos empujados a la apertura del corazón y a descubrir todo lo “bueno” que la vida en los otros sujetos y en su desarrollo mismo trae. En una relación de pareja es fundamental que se tenga una mentalidad ganadora, una mentalidad positiva, porque eso hará que tanto la manera de ver, como la de relacionarse con el conyugue, esté planteada desde el amor, desde lo bueno que tiene para mí y no desde sus errores e incapacidades.
Te propongo algunas reflexiones sobre el cómo lograr una mentalidad ganadora, cómo alcanzar una transformación de tus pensamientos y que en vez de estar siendo impulsado por lo negativo puedas sentirte animado a ver lo “bueno” de la vida.
1. Hacer conciencia de que tengo una mentalidad negativa y está impactando de manera muy destructiva a mi ambiente. Sin esa conciencia no hay nada que hacer. Si eres terco y te mantienes en que esa manera de pensar es la correcta y sin capaz de sospechar sobre ella y darte cuenta de qué calidad son tus pensamientos, muy seguramente vas a sufrir una y otra vez.
2. Ser capaz de ver una y otra vez las cualidades que tienes y que tienen las personas que están a tu alrededor. Tienes que enfocarte en esas cualidades y capacidades para que desde ellas construyas la vida. No dejes que el pesimismo o el negativismo se apoderen de tu mente. Necesitamos elogiar a las personas con las que vivimos y evitar la constante crítica, pues nadie responde a buen elogio con rabia u odio.
3. Trata de mantener siempre frescos en tu mente los logros que has tenido. Es muy importante que tus experiencias actuales estén matizadas por esas experiencias positivas que la historia te ha permitido tener. Es fundamental beber aguas de triunfo y no quedarte soportando la hiel de los fracasos.
4. Disfruta la belleza del paisaje, la calidez de una buena melodía, la compañía de un buen libro, la caricia del mar o del agua en la que te bañas. Trata de conectar tu espíritu con valores trascendentales como la belleza, la armonía, la bondad. Te aseguro que eso te dispondrá a vivir de una manera distinta.
5. Una buena experiencia espiritual. Una centrada en el amor, que no genere miedos ante la diferencia y que no te esté acusando con el dedo índice siempre. Una que te ayude a aceptarte, valorarte y amarte tal cual eres y que te haga respetar al otro, aunque sea distinto y piense diferente, de una manera sana. Una que te haga ver con libertad a la gente, porque el pecado no está afuera sino dentro.
Estoy seguro de que puedes tener una mentalidad ganadora. Una mentalidad de alguien que es capaz de disfrutar la vida y hacérsela disfrutar a los que están al lado. Uno que puede sonreír a carcajadas porque comprende que todo es pasajero. Si logras pensar como ganador, actuarás como un ganador y levantarás las manos en victoria siempre.
PD. Comienza el mundial. Ya Argentina ganó su primer partido haré fuerza por todos los latinamericanos menos por Brasil, espero que salga eliminado en la primera ronda. Por ahora me preparo con los de mi barra para sentarnos con el mate a ver a la albiceleste, aguante Alex, aguante Hollman.
Alguien que tiene un modo de pensar centrado en lo malo que hay en su vida y en la de los demás, que es pesimista, que desconfía de sí mismo y de los otros con los que entra en relación, que vive pensando en sus incapacidades y en las actuaciones del ayer en el que falló, ese muy probablemente perderá todas las batallas en las que participe y si es deportista, es muy seguro que, antes de que salga del camerino, ya estará derrotado.
Esa es una mentalidad perdedora, que está centrada en las incapacidades, en los defectos y en las experiencias de fracaso del pasado. Si nos relacionamos desde esta mentalidad seguro que nuestras relaciones van a ser conflictivas y a generar muchos problemas. Imagino las relaciones de pareja de alguien con mentalidad perdedora: sin duda estarán llenas de dolor, tristeza, fracasos y se parecerá mucho al infierno que tantas veces nos han descrito los literatos.
Por ello, creo que es importante elegir una mentalidad de ganador. Esto es, tener unos pensamientos “positivos” que nos impulsen a vivir de una manera constructiva. Cuando estamos llenos de pensamientos ganadores, somos empujados a la apertura del corazón y a descubrir todo lo “bueno” que la vida en los otros sujetos y en su desarrollo mismo trae. En una relación de pareja es fundamental que se tenga una mentalidad ganadora, una mentalidad positiva, porque eso hará que tanto la manera de ver, como la de relacionarse con el conyugue, esté planteada desde el amor, desde lo bueno que tiene para mí y no desde sus errores e incapacidades.
Te propongo algunas reflexiones sobre el cómo lograr una mentalidad ganadora, cómo alcanzar una transformación de tus pensamientos y que en vez de estar siendo impulsado por lo negativo puedas sentirte animado a ver lo “bueno” de la vida.
1. Hacer conciencia de que tengo una mentalidad negativa y está impactando de manera muy destructiva a mi ambiente. Sin esa conciencia no hay nada que hacer. Si eres terco y te mantienes en que esa manera de pensar es la correcta y sin capaz de sospechar sobre ella y darte cuenta de qué calidad son tus pensamientos, muy seguramente vas a sufrir una y otra vez.
2. Ser capaz de ver una y otra vez las cualidades que tienes y que tienen las personas que están a tu alrededor. Tienes que enfocarte en esas cualidades y capacidades para que desde ellas construyas la vida. No dejes que el pesimismo o el negativismo se apoderen de tu mente. Necesitamos elogiar a las personas con las que vivimos y evitar la constante crítica, pues nadie responde a buen elogio con rabia u odio.
3. Trata de mantener siempre frescos en tu mente los logros que has tenido. Es muy importante que tus experiencias actuales estén matizadas por esas experiencias positivas que la historia te ha permitido tener. Es fundamental beber aguas de triunfo y no quedarte soportando la hiel de los fracasos.
4. Disfruta la belleza del paisaje, la calidez de una buena melodía, la compañía de un buen libro, la caricia del mar o del agua en la que te bañas. Trata de conectar tu espíritu con valores trascendentales como la belleza, la armonía, la bondad. Te aseguro que eso te dispondrá a vivir de una manera distinta.
5. Una buena experiencia espiritual. Una centrada en el amor, que no genere miedos ante la diferencia y que no te esté acusando con el dedo índice siempre. Una que te ayude a aceptarte, valorarte y amarte tal cual eres y que te haga respetar al otro, aunque sea distinto y piense diferente, de una manera sana. Una que te haga ver con libertad a la gente, porque el pecado no está afuera sino dentro.
Estoy seguro de que puedes tener una mentalidad ganadora. Una mentalidad de alguien que es capaz de disfrutar la vida y hacérsela disfrutar a los que están al lado. Uno que puede sonreír a carcajadas porque comprende que todo es pasajero. Si logras pensar como ganador, actuarás como un ganador y levantarás las manos en victoria siempre.
PD. Comienza el mundial. Ya Argentina ganó su primer partido haré fuerza por todos los latinamericanos menos por Brasil, espero que salga eliminado en la primera ronda. Por ahora me preparo con los de mi barra para sentarnos con el mate a ver a la albiceleste, aguante Alex, aguante Hollman.
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